martes, 12 de enero de 2010

Ayudándonos desde antes de nacer


Se dice que las embarazadas que dedican un tiempo diariamente a relajarse escuchando música, pueden ayudar a sus bebés a sentirse más calmados. La música produce relajación y esto genera una descarga hormonal y de endorfinas que se traducen en una sensación de bienestar que se acompaña de una frecuencia cardiaca sin variaciones y una respiración materna tranquila y rítmica. Esto beneficia a la madre y al bebé.

El niño comienza a percibir los sonidos a partir de los 4 meses y medio de gestación, y a partir de este momento lo que mejor oye es la voz materna. El niño adquiere además la capacidad de discriminar sonidos, rechazando así la frecuencia baja (el sonido que producen los órganos, la respiración...) para recibir la frecuencia alta (como la de la voz de su madre).

La música tranquila que escucha la madre así como las canciones de cuna que canturrea estimulan la estructuración y el desarrollo del cerebro del niño, facilitando de esta manera el establecimiento de la red neuronal, mejorando la función cerebral.


Es admirable hasta qué punto la música entra en nuestras vidas para hacernos sentir mejor, tanto a nosotros como a las personas a las que más queremos cuidar.

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